La colorimetría es el estudio científico del color y su percepción. En el mundo de la moda, la colorimetría se utiliza para determinar qué colores le favorecen más a una persona según sus características físicas. Dos artistas pioneros en este campo fueron Johannes Itten y Albert Munsell, quienes desarrollaron sistemas para clasificar y armonizar colores.
La idea principal detrás de la colorimetría en la moda es que no todos los colores nos sientan igual de bien. Factores como el color de piel, de ojos y de cabello influyen en cómo se ve un color cuando lo llevamos puesto. Al combinar colores que armonicen con nuestras características naturales conseguiremos resaltar nuestra belleza y atraer miradas.
Según la colorimetría, existen 4 grupos o “estaciones” que categorizan a las personas:
Primavera: pieles claras con mejillas sonrosadas. Ojos claros y vivos. Rubios o pelirrojos. Les favorecen los colores luminosos, brillantes y cálidos como el amarillo, naranja, fucsia o verde manzana.
Verano: piel clara con pocas pecas. Ojos azules o verdes. Pelirrojos o rubios. Les sientan bien los colores claros, pasteles, suaves como el azul cielo, rosa palo o verde agua.
Otoño: piel canela o aceitunada. Ojos marrones, avellana o verdes. Morenos o castaños. Les combinan los tonos terrosos, dorados y cobrizos como el burdeos, camel o verde oliva.
Invierno: piel muy clara con poco rubor. Ojos oscuros. Pelinegros o castaños muy oscuros. Les realzan los colores intensos y fríos como el fucsia, turquesa o verde jade.
Una vez determinado nuestro grupo cromático mediante un sencillo test de colorimetría, podremos vestir combinando prendas en los tonos recomendados para nuestra “estación”. Así nos aseguraremos un aspecto armonioso, favorecedor y elegante.
Por ejemplo, si resulta que eres una persona con características de otoño, al vestir deberás inclinarte por un abrigo beige. Tus pantalones estampados favoritos podrían ser un animal print. Y esas bostas UGG color beige que tanto te gusta, resaltará tu color de piel, tu cabello claro y ojos marrones idealmente.
Ahora Imaginemos a Olivia, una joven de 33 años con piel muy blanca, ojos verdes claros y cabello rubio. Al hacerle el test de colorimetría, se determina que Olivia pertenece al grupo cromático “primavera”.
Esto significa que los tonos luminosos, brillantes y cálidos son los que más le favorecen para resaltar su belleza.
Por ejemplo, el amarillo en todas sus tonalidades (limón, mostaza, etc) le sienta muy bien, aportándole luminosidad a su tez. También el naranja coral, que combina perfectamente con su pelo rubio y le da calidez a su imagen. O verdes vibrantes como el verde manzana o verde hoja, que hacen resaltar el color verde aceituna de sus ojos.
Otros colores que Olivia debería priorizar en su armario y looks son los rosados encendidos (fucsia, rosa mexicano), rojos cálidos, turquesas, morados eléctricos y azules cobalto. Todas estas tonalidades Pigmentadas y vibrantes están en armonía con las características de una “primavera”.
En cambio, Olivia debería evitar colores apagados, oscuros o demasiado fríos, ya que no le aportan nada, más bien la hacen parecer más pálida y apagada. También debería desterrar de su guardarropa los pasteles o tonos polvorientos.
Seguir las recomendaciones de colorimetría y vestir según su grupo cromático, ayudará a Olivia a sentirse más segura, resaltada y radiante con su estilo.
En resumen, saber qué grupo cromático somos nos ayuda muchísimo a la hora de vestir, maquillarnos y elegir accesorios. Aplicar los conceptos de la colorimetría garantiza crear combinaciones virtuosas, equilibradas y bonitas. Nos evitamos cometer errores arriesgados con colores que no nos sientan bien. Y logramos realzar nuestra imagen personal, destacando nuestras facciones y rasgos con armonía.