Slavik, el indigente ucraniano que se convirtió en un icono fashionista
La historia de Slavik es una muestra de que el dinero no lo es todo cuando se trata de tener estilo. Este singular personaje, de entre 60 y 70 años, fue descubierto en 2013 por el fotógrafo Yurko Dyachyshyn durante uno de sus paseos por las calles de Ucrania. Lo que llamó la atención de Yurko fue el impecable gusto para vestir de aquel hombre sin hogar, siempre combinaba las prendas a la perfección.
Cautivado por su originalidad, Yurko decidió retratar a Slavik durante dos años para capturar sus estilismos, que cambiaban incluso dos veces al día. El vagabundo conseguía la ropa en contenedores de basura o donadas en refugios, pero lograba armar conjuntos coordinados y acordes a la época del año. Su guardarropa parecía infinito y sus looks iban desde casual y deportivo hasta elegantes. También modificaba regularmente su peinado y barba.
Slavik tiene un gran sentido de la belleza, el estilo, la moda y sus looks no son aleatorios. No es casualidad que los cambie todo los días y los ajuste cuidadosamente para que coincidan con el clima y la estación. De las casi 100 fotos que le tomó, Yurko armó la muestra “La moda de Slavik o Slavik’s Fashion”, que se convirtió en un éxito internacional.
El fenómeno Slavik demostró que no hace falta dinero para tener buen gusto, sino sensibilidad, creatividad y audacia para combinar texturas, estampados y colores. Sus estilismos eran además muy apropiados para la época y denotaban gran estudios de las tendencias.
Lamentablemente, lo que había nacido como una celebración artística de su originalidad terminó como una explotación comercial despiadada. Grandes marcas copiaron sus diseños sin pagarle ni pedirle permiso, lucrando con su imagen. Hacia enero de 2013, Slavik desapareció de las calles y nunca más se lo volvió a ver.
Aunque existen sospechas de que falleció solo y en el anonimato, su legado pervive como un ejemplo de que la creatividad y el buen gusto van más allá de las posibilidades económicas. Slavik demostró que la moda es un canal de expresión al alcance de todos, que comunica quiénes somos y cómo vemos el mundo.
Más que sus looks, nos deja como mensaje las ganas de reinventarse y la resiliencia para sobrellevar una vida difícil con gracia y dignidad. Y sobre todo, nos recuerda el poder transformador de la creatividad para convertir lo mundano en extraordinario. Donde otros solo veían harapos, él imaginaba atuendos. Demostró que con pasión e ingenio se puede ser un icono fashionista más allá de las apariencias y la fortuna
¿Y tu Crees que hace falta dinero para tener estilo?